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HANS OVANDO


Desde un lejano Kazajistán, conversamos con este famoso chef nacional sobre sus inicios y los recuerdos del pan amasado que horneaban sus abuelas cuando era niño. También nos da su visión sobre la industria alimentaria y habla de sus reconocimientos; entre ellos, el mejor maestro artesano pastelero de España.


“Llegué a España con los bolsillos vacíos y con dos maletas llenas de sueños y cargadas de ilusión”. Así recuerda Hans Ovando la partida desde su Chile natal hacia Europa cuando tenía 20 años, dejando atrás los estudios de mecánica industrial y mecánica automotriz en la Universidad Técnica Federico Santa María.

Es precisamente su arribo a tierras ibéricas lo que él considera como el hito que marca el inicio de una historia profesional, la que hoy vemos llena de logros y de momentos de satisfacción. A raíz de este viaje, estudió en la Escuela de Hostelería Hoffman de Barcelona y completó su formación con cursos en Espai Sucre, École Nationale Supérieure de Pâtisserie en Francia, así como en otros centros de Italia y varios lugares de gran prestigio.

El amor por el pan se remonta a su niñez. Nacido en 1980 en la V Región, este chef pastelero comenta que nunca se compró pan en la casa de su abuela de Chiguayante: “Recuerdo la leña, la madera, el bosque, Concepción, harina tostada y su pan amasado”. Su abuela de Villa Alemana también horneaba cada vez que tomaban once y eso le quedó marcado a fuego. En la actualidad le provoca ciertos sentimientos encontrados ya que, si bien le encanta, hoy consume pocos carbohidratos y azúcar debido a algunos cambios que está realizando en su vida.

Sobre las nuevas tendencias relacionadas con panes especiales de masa madre, integrales o pastelería sin azúcar, vegana o sin gluten, comenta que éste es precisamente el camino a seguir. “La industria alimentaria, con procesados y desconocimientos, nos está matando”, declara.

Agrega que, por ejemplo, una pastelería responsable desde la conciencia y fundamento va a ayudar mucho a las personas. En lo particular hoy consume masa madre de larga fermentación, Panettone y un poco de mantequilla; ésta última sólo de vez en cuando. “Estoy en un momento saludable, estudiando nutrición y encontrándome a mí mismo. A veces pienso que quiero dejar todo el azúcar a un lado, pero por otro lado siento la obligación de cambiar el mundo. Soy de la frase #Keepgoing (sigue adelante) y así continuaré luchando por el cambio y una industria más responsable con la salud y la nutrición”.



Los logros de Hans se enumeran en una larga lista. A modo de muestra podemos subrayar el Trofeo Lluís Santapau 2008 o el Spanish Chocolate Master en 2013; el Mejor Maestro Artesano Chocolatero de España (MMACE) en 2008; el Mejor Pastel de Chocolate en el campeonato WCM 2012; el Mejor Postre Gastronómico en WCM París 2013 o, la Copa Maya en 2018 junto a Gustavo Sáez, evento que recuerda como “una experiencia brutal”, donde representaron a la RojaDulce, la selección chilena de pasteleros.

Entre su experiencia también destaca el trabajo realizado en importantes lugares como el Bulli restaurant, el que ha sido elegido 5 veces como el mejor del mundo y obtenido 3 estrellas Michelin. Pero quizás el momento más destacado fue en 2022, cuando obtuvo el título de Mejor Maestro Artesano Pastelero de España (MMAPE). “Se podría pensar que es el más importante, pero todos son logros, incluso las caídas. El triunfo está en marcar la diferencia y no hacer lo mismo que hacen todos. Me cansa ver remixes y revivals de lo que venimos apreciando hace décadas, con copias y muy poca innovación”.

Por estos días Hans Ovando puede estar en cualquier lugar del mundo, dando asesorías o destacando en variados campos de la pastelería, la bollería y la chocolatería. Y es que la pedagogía igualmente es parte de su vida. Por ello, se ha desempeñado como docente de pastelería en más de 50 escuelas alrededor del todo mundo. “Ser profe lo llevo en la sangre”, afirma.

También es posible verlo en la escuela Be Chef Pastry School de Barcelona, la que él mismo fundó en 2018 junto a la chef pastelera Elena Adell. Su idea fue enseñar en todos los rincones del mundo, por lo que abrieron este espacio, especializado en cursos online de repostería y pastelería, el cual ya cuenta con más de 15 mil alumnos de manera virtual. Sin embargo, hoy también existe la posibilidad de tomar clases de manera presencial.

Inquieto por naturaleza, hoy conversa con PanArte desde Kazajistán, uno de los 30 países que ha conocido, gracias a su profesión y a su espíritu aventurero. Entre todas sus actividades, se da tiempo para estudiar Nutrición Clínica y está a punto de comenzar un MBA en Barcelona, mientras que al preguntarle cuáles son los planes para los próximos meses, responde con convicción: “Vivir la vida como si hoy fuera mi último día”.

También se hace el tiempo para mantener activas sus redes sociales, donde le saca provecho a un Máster en Marketing Digital que realizó hace algún tiempo. Sólo en Instagram tiene 155 mil seguidores y constantemente está subiendo información o compartiendo experiencias. No obstante, no se considera famoso: “Brad Pitt lo es. Yo sólo soy un entregado a la profesión y al cambio”, comenta con humildad y una sonrisa.

Si bien no tiene planificado volver a vivir a Chile, sí quisiera venir de vacaciones. Es de esperar que sea pronto y podamos compartir tantas de sus historias en persona.

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