PADRES PANADEROS

Sinesio CastaƱo tiene 79 aƱos y llegĆ³ a Chile siendo muy pequeƱo (a los 12) desde el pueblo de Chaguazoso, en Galicia, EspaƱa. Es dueƱo de la centenaria panaderĆa La Espiga de Oro, ubicada en la localidad de San Carlos (regiĆ³n del Ćuble), la cual estĆ” en manos de su familia desde hace unos 70 aƱos. AhĆ empezĆ³ a trabajar junto a un tĆo del mismo nombre.
Tiene 4 hijos: MarĆa JosĆ©, Ana BelĆ©n, Francisco y Sinesio CastaƱo GonzĆ”lez, todos casados, quienes ya le dieron 8 nietos, la menor de sĆ³lo 7 meses, quien por estos dĆas se lleva todos los regaloneos, pues vive en la misma ciudad.
Menciona que por mucho tiempo y dado el intenso ritmo de la vida panadera, disfrutĆ³ poco de sus hijos, ya que sus jornadas eran desde las 6 de la maƱana hasta las 9 de la noche, de lunes a domingo. Y eso sin mediar vacaciones de por medio. De hecho, recuerda que luego de 20 aƱos viajĆ³ por primera vez con ellos a EspaƱa para que la familia los conociera.
Hoy vive de manera mĆ”s reposada, ya que su hijo Sinesio (el menor) se hizo cargo de la panaderĆa. Y si bien son socios al 50%, ya no se involucra tanto en el negocio y se dedica mĆ”s bien a la parte agrĆcola en unos terrenos que tiene junto a su otro hijo varĆ³n.
En ese sentido, comenta que los nietos que viven en Santiago viajan mucho a visitarlo y les agrada especialmente el campo, sobre todo en verano, por lo que con ellos comparte bastante y, de alguna forma, realiza las actividades que no se hizo antes con sus hijos.

AndrĆ©s Campeny proviene de una familia panadera de larga data y tradiciĆ³n en el paĆs. Como independiente estĆ” en la industria desde el aƱo 1989 y desde el 2000 tiene la Sociedad Panificadora Pan Top Limitada, ubicada en la comuna de La Cisterna, en Santiago.
Su familia se compone de 5 hijos: Ignacio, Carolina, MarĆa JosĆ©, JosĆ© Ignacio y Andreu (el menor de 19 aƱos). Y si bien todos han mostrado en su momento interĆ©s por la panaderĆa, siempre ha sido partidario de que primero se desarrollen profesionalmente fuera de ella, para que entiendan y vivan el rigor de un trabajo externo.
No obstante, en diferentes periodos han ejecutado reemplazos remunerados; por ejemplo, los fines de semana, desempeƱando labores administrativas, en las cajas e incluso, los menores han incursionado en el Ć”rea de producciĆ³n.
Desde noviembre del 2019 su hijo mayor (35) estĆ” trabajando de lleno con Ć©l en la panaderĆa. Ignacio es ingeniero y previamente se desempeĆ±Ć³ en su profesiĆ³n, pero luego viviĆ³ en Londres y en Barcelona, donde siguiĆ³ un curso del gremio de panificaciĆ³n y mĆ”s tarde estuvo en distintos establecimientos del rubro por espacio de 2 aƱos. A su regreso pasĆ³ por todas las tareas de la panaderĆa, desde aseador hasta repartidor y hoy estĆ” en la parte de control operativo, logĆstica e inventarios. La idea es que vaya formando un equipo para que despuĆ©s pueda gestionar y gerenciar adecuadamente.
Sobre la relaciĆ³n padre-hijos que ha tenido a largo del tiempo, reconoce que durante los 20 aƱos iniciales fue mĆ”s difĆcil porque sus jornadas implicaban una atenciĆ³n 24 X 7 en el negocio. Pero desde hace 8 confiesa que ha empezado a disfrutar un poco mĆ”s, ya que cuando consiguiĆ³ consolidar firmemente su empresa, empezĆ³ a delegar y pudo compartir mayor tiempo con la familia. Y en esa lĆnea nos seƱala que, en la actualidad, tomĆ³ la decisiĆ³n de trabajar sĆ³lo de lunes a viernes; algo que cuesta en un principio, pero que se puede y recomienda hacer.

HĆ©ctor GonzĆ”lez es dueƱo de la panaderĆa Carmen Gloria, en la ciudad de Iquique, establecimiento que posee hace 42 aƱos. Es de familia panadera por parte de su padre, con quien trabajĆ³ en sus inicios.
Tiene 4 hijos: Carlos, Carmen, Marta y Marcela. Y ademĆ”s es orgulloso abuelo de 12 nietos, los 2 Ćŗltimos de tan solo de meses de vida, mientras que los mayores ya son veinteaƱeros y estudian administraciĆ³n de empresas porque les interesa el negocio familiar.
Reconoce que la actividad del industrial panadero es muy demandante y sacrificada, por lo que se hace complejo dedicar todo el tiempo que los hijos necesitan mientras crecen. En su caso, el horario del local es continuado, de 06:00 hasta las 23:00, pero desde que comenzĆ³ la pandemia decidiĆ³ cerrar los domingos y es una decisiĆ³n que espera mantener para mejorar la calidad de vida.
Hoy lo acompaƱa en el negocio su hija Marta, quien estudiĆ³ ingenierĆa comercial y luego estuvo 6 meses en Estados Unidos capacitĆ”ndose en panaderĆa. Indica que ella ha sido un gran aporte, preocupĆ”ndose fundamentalmente de todo lo relacionado con la mantenciĆ³n, la higiene y la presentaciĆ³n, elementos muy relevantes en los tiempos que corren.